viernes, 7 de octubre de 2016

Quince días



La llamada telefónica le interrumpió el sueño al veterinario. Justo cuando las imágenes apenas tomaban formay en el momento que el cuerpo pierde el contacto con el mundo para irse a esa pequeña muerte onírica, ¡ring ring!
-Bueno -contestó con pequeño tono en pregunta: ¿bueno?
-Hola doctor, soy la dueña de Coki. -Al reconocer el nombre del paciente de inmediato lo relacionó con la muerte cercana que le susurraba al oído una amenaza directa: no me olvides, que pronto pondrás en mis brazos el alma y el cuerpo de ese paciente. 

-¡Ah! qué tal,  como va Coki. 
-No la veo muy bien. Respira con mucha dificultad y...casi no se mueve. 

La entonación que daba la voz de la dueña, no podía ser más que  de angustia y desesperanza. Su Labrador de diez años de edad se encontraba en estado terminal. 
"¿Queda algo por esperar cuando un tumor en el pulmón ha cubierto el ochenta por ciento del tejido bueno, y  si esto fuera poco, ha enviado células malignas a otros órganos del cuerpo?", pensó el veterinario. 

¡La historia completa lampodrás leer en el libro Vida de Perros!
Envíos al correo luismartin001@gmail.com

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