Necesito la muerte del pasado, el fantasma del silencio y el aroma del tiempo; del aire su sombra
y el calor de un verso.
Necesito el ayer de la infancia, la alegría sin sonrisa, la lágrima sin llanto, la ilusión de la mentira y el engaño de lo cierto.
Necesito el callado grito, la poesía sin palabras, las palabras sin voz; necesito de un cariño que en lo incierto, me dé su eximio afecto.
Necesito que se escuche mi silencio, que mi voz callada sea el sonido de mis letras, necesito la ciega mirada y un atisbo de tinieblas.
Necesito las preguntas sin respuestas, la certeza de la duda y el engaño de lo cierto, el resabio de tu boca y lo melifluo de tus besos.
Pero sobre todo necesito ese porqué que me contestas, y ese mudo silencio que es tan sólo tu respuesta.
Agosto 2014.

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