martes, 31 de octubre de 2017

Eterna niña

¿Estás bien mi niña? Niña fuerte,
Imperturbable, 
 callada, que ve el dolor ajeno
 para desde lejos, ocultar el suyo.
Aquí está mi hombro, el que ausente un día
 ansía ser el ensalmo de tus lágrimas.
   
Niña tierna, que ante los soplos del infierno,
es tu poesía la que responde.
Ante lo adverso: tu sonrisa.
 Ante la afrenta: tus sueños.  
Inventas ilusiones, esperas la brisa suave,
 la caricia afable del amor sincero.

Eres la  mujer en ciernes que
el amar conjuga en prosas mágicas
donde la amistad sincera
la inventas en tus cuentos.

Ven mi niña, aquí está mi mano,
toma un tiempo  que se haga eterno.
Mi pequeño ser inquieto que
 con sedientas ilusiones de saber exploras
los secretos del mundo,  y
en incómodos desvelos descansas tus ansias
de llegar tan lejos

Con tu pálida calma esperas el momento
y  con tus mejores aciertos alimentas
el fuego álgido de
 la escuálida esperanza

Ven mi niña,
Descansa, ya no enciendas la luz de tus tormentos
ya no bebas las sombras de sabor extraño
 que en acequias tercas navegaron a tu lado.

Toma el tiempo
 y apaga la vehemencia que llevas dentro
 calma tus pasos, toma mis manos,
caminemos por los  impávidos senderos,
cuando la tarde nos muestra sus agotadas luces.
Recorramos ese mundo de mutuas y lejanas tierras,
de los viajes en el tiempo y de las letras
con las que sólo tú y yo nos comprendemos.

¿Estás bien mi niña?
Apaga la luz, reposa tu anhelo,  aleja el desvelo,
 calma las ansias añejas de llegar tan lejos,
toma mi mano, toma la senda
y  el tiempo que recorre la ausencia,
 cierra tus ojos para que encuentres
el silencio,
en el profundo cielo que viste de negro
  
Niña tierna
eterna niña
guarda en tu armario tus empeños
guarda tus versos en tu almohada
esconde tus miedos en tu alcoba

Que en silencio, cuidaré
 tus sueños.