Es muy triste conocer lo que está a punto de suceder; la inminente muerte que está cerca hiere, se aproxima y sabes ya que el infalible destino, llegará por fin. Quisieras que los segundos se volvieran siglos, las horas años y las noches días para detener el tiempo. Sólo esperas el momento, el susurro mortal acariciando tus sentidos, en silencio siniestro te envuelve diciendo: es la hora.
Gabriel García Márquez, el destino te alcanzó, y tú, la inmortalidad. No pude, ante lo inevitable, en la soledad, más que seguir tu mágica pluma, tu genio y fantasía.
Descanse en paz.
